HACIENDO EL COMÚN: Un viaje a la comunidad zapatista
- Lêgerîn 2

- 29 oct
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Parte 1 de un reportaje realizado en diciembre de 2024 y enero de 2025 por el colectivo “caracteresnoexistentes” para la revista Lêgerîn.

El capitalismo no cree que va a desaparecer
Una escuela en la orilla de la ciudad, en medio de un bosque de pino; cuartos grandes de madera usados para enseñar oficios a estudiantes indígenas, las paredes llenas de colores con murales de autonomía, naturaleza, caracoles y demás arte zapatista; en distintos espacios se venden playeras alusivas, stickers, libros, calendarios, arte de resistencia, palomitas, jamón y pollo, elotes y mangos con chile. Así nos recibe el CIDECI Uni-Tierra, en donde se llevaron a cabo los Encuentros de Resistencia y Rebeldía. Espacio en el que alrededor de 900 compas zapatistas juntaron a personas de todo el mundo, se estiman alrededor de 1,079 asistentes firmantes de la Declaración por la Vida provenientes de todo el país y de 46 geografías del mundo.
En dos largas salas se llevaron a cabo diferentes mesas en donde defensores de la vida fueron exponiendo las consecuencias de La Tormenta: el crímen, el verdugo y las víctimas del capitalismo, cada uno hablando sobre lo local y lo global. Desde el contexto en Palestina, retomando la “Gira por la Vida” en Europa , hasta Chiapas, que se encuentra en una guerra de baja intensidad debido al conflicto entre grupos paramilitares, el narcotráfico, la guardia nacional, y la omisión del Estado mexicano para salvaguardar a los pueblos que lo habitan. En esos días se compartieron cantos de artistas que se sintieron convocadxs por compartir palabras de lucha, raps, poesía, bailes, rituales y comida, mientras que la noche era exclusiva para participar en el baile del pueblo. Tuvimos tiempo para vislumbrar la gran tormenta que nos acecha. Se tocaron temas como la destrucción de la tierra, las personas desaparecidas, las madres buscadoras, las guerras, la muerte, la avaricia y lo voraz del capitalismo. Parte central del encuentro fue entender la reestructura que viven en su organización. Compas zapatistas recordaron a través de la autocrítica lo sucedido en sus 31 años de lucha, sus mártires, sus logros y lo que hoy reconocen como sus errores.
Profundizaron en los cambios que han tenido en su autonomía, identificando el papel de las mujeres en la lucha desde la creación de la Ley Revolucionaria de las Mujeres y su proceso autónomo dentro del movimiento. El subcomandante Moisés explicó la nueva forma de gobierno que se ha instaurado desde el año pasado en su 30 aniversario. En donde buscan darle vuelta a la pirámide: cambian las formas de organización, facilitan la participación de todas las personas y hay más responsables. La siguiente imágen representa a grandes rasgos, su nueva estructura:
Uno de los cambios más grandes e importantes es el de la No Propiedad, esto quiere decir que las tierras zapatistas y los servicios autónomos que brindan serán para todas las personas que vivan en esas zonas. Las tierras serán de todos y de nadie, de los zapatistas, de los partidistas y del pueblo. “El Común” es el nuevo paradigma, dos palabras tan repetidas en este encuentro y desde el año pasado.
Entre cumbias y esperanza
Luego de tres días de parlas en CIDECI, lxs zapas nos invitaron a celebrar su 31 Aniversario del Alzamiento Armado. Para esto, fue difícil encontrar transporte, pues es escaso, no va directo y el camino está lleno de los peligros que continuamente denuncian lxs zapas. Entre todxs lxs participantes del encuentro nos organizamos para irnos acompañadxs. Tomamos una combi con varixs internacionalistas e iniciamos el camino por las montañas del sureste Mexicano. Verde, boscoso y con la neblina siempre presente llegamos al Caracol Oventic donde se llevaría a cabo el Encuentro Festival Cultural Zapatista y su aniversario.
La entrada es una bajada prolongada rodeada de estructuras coloridas con diferentes funciones: tiendita con artículos hechos en el caracol, el comedor de Lo Común, el espacio de lxs Tercios Compas, la clínica de lxs promotores de salud, espacios para dormir, la escuela zapatista y más. El camino llega hasta una explanada grande en medio de todo, en donde se llevaron a cabo obras de teatro, poesías y bailes que lxs compas prepararon para lxs presentes. Las primeras obras giraron en torno a “La Tormenta” donde jóvenes y jóvenas relataron lo violento que está siendo el capitalismo, cruel, inhumano y criminal; el inevitable colapso del mundo ante este voraz sistema.
Terminaron con la obra “El día después”, en donde imaginan un mundo sin capitalismo: las personas que pudieron sobrevivir se organizaron para “El Común”, un mundo sin grandes empresarios, farmacéuticas, agrotóxicos. Ya no habría propiedad, nadie podría ser dueñx de los conocimientos y cobrar por ellos, plantas medicinales, hacer fuego, cómo hacer ropa, trabajar la tierra, alfarería, lo político, todo debe ser en común, el dinero ya no existe. Para organizarse se nombran representantes pues el pueblo tendrá la responsabilidad de decidir en cada espacio.
El 01 de enero se conmemoraron 31 años del inicio de la guerra contra el olvido. Dos horas antes de la medianoche, entre el silencio y la neblina, irrumpió un retumbar de pisadas, se sentía el vibrar de la tierra. Desde la cima del Caracol, venían marchando cientos de milicianxs zapatistas uniformadxs bajando la montaña para celebrar el momento con nosotrxs. Ordenadamente hicieron filas enfrente del Subcomandante Moisés, quien habló de los años de resistencia y rebeldía y de lxs mártires que no se rindieron, no se vendieron y no claudicaron. El discurso fue traducido al tzotzil y tzeltal, los idiomas más hablados en esa zona.
Su forma de celebrar los 31 años de autonomía es bailando cumbias hasta que el cuerpo aguante. Hubo fuegos artificiales y más baile toda la noche. Conocimos a muchxs compañerxs de lucha y nos llevamos una gran necesidad de organizarnos en nuestras geografías. Lo que nos deja este Encuentro y otras experiencias con lxs zapatistas es, por una parte, la necesidad de compartir esperanzas de los otros mundos que ya existen, de lo común que ya somos, y por otra, la oportunidad de cuestionarnos, no sólo si estamos listxs para la tormenta, que es seguro que viene y que va a cambiar el mundo como lo conocemos, también ¿Cómo se ve la tormenta en donde habitamos?, ¿Cómo enfrentamos la tormenta y quiénes nos acompañan?, nos invita a imaginar el día después, ¿Cómo se ve un mundo sin capitalismo?
¿Cómo nos organizamos?
¿Cómo podemos hacer El Común?
y
¿Quién está dispuestx?







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