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"Crear dos, tres, muchas Vietnam!" - Primera Conferencia Tricontinental de 1966

La primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América Latina (Tricontinental), se celebró del 3 al 15 de enero de 1966 en la ciudad de la Habana, Cuba. Fue un evento multitudinario que se dio como respuesta de los pueblos del sur global al colonialismo y el imperialismo. Este multitudinario evento reunió a más de 500 representantes de partidos, movimientos y organizaciones políticas y sociales, sindicales, estudiantiles y de mujeres, de 82 países.


A la Conferencia asistieron cuadros revolucionarios que representaban a los pueblos que luchaban por su liberación en los tres continentes. Nunca antes se había convocado tanta representación de los pueblos de África, Asia y América Latina en un solo lugar, y pese a las diferentes realidades, culturas, creencias, métodos de construcción y filosofías de cada pueblo, allí se logró identificar un denominador común, la lucha contra el colonialismo y principalmente la lucha contra el imperialismo norteamericano, el cual sería el más peligroso en ese momento para todos los procesos revolucionarios. La solidaridad y el internacionalismo tomó un nuevo rostro impulsado desde el sur global. 


En este momento histórico el mundo se encontraba en medio de la denominada Guerra Fría, escenario que llevó a que el mundo girara entre los polos comunista y capitalista, donde los países a la cabeza de cada polo serían la Unión Soviética y Estados Unidos. Por otra parte, en África se sacudían con fervor las rebeliones de los pueblos, encarnados en los movimientos de liberación nacional contra el colonialismo y el esclavismo occidental. 


Esta situación llevó a que a la Conferencia asistieran con fuerza delegaciones del Congo, del pueblo Zimbabue de Rodesia del sur y del Movimiento de Liberación de Angola y Mozambique. Del mismo modo, resaltaría la presencia del legendario Amílcar Cabral, del pueblo de Guinea, que luchaba contra el colonialismo portugués, y que justo un año después de la Conferencia sería asesinado. La delegación de la Unión Soviética sería invitada únicamente como observadora del encuentro de los pueblos del sur. 


Los liderazgos del movimiento revolucionario latinoamericano también destacaron, entre ellos estuvieron, el chileno Salvador Allende, el guatemalteco Luis Augusto Turcios Lima, el guyanés Cheddy Jagan, el venezolano Pedro Medina Silva y el uruguayo Rodney Arismendi. Así mismo, en el evento participarían representantes de diferentes facciones de la Organización para la Liberación de Palestina; y diferentes jefes de Estado que no pudieron acudir al evento enviaron mensajes, como fue el caso del vietnamita Ho Chi Minh, el líder de la RPD de Corea, Kim Il Sung, el egipcio Gamal Abdel Nasser, el argelino Houari Boumedienne y el tanzano Julius Nyerere. 


Durante la Conferencia se debatieron múltiples temas económicos, políticos y culturales cuyo impacto resonó más allá del evento. En el libro “Tres Continentes, Asia, África, América Latina”, editado en mayo de 1966 por Prensa Latina en Cuba, se pueden encontrar los temas discutidos y analizados por las delegaciones durante el evento, donde finalmente se puede ver el análisis de la situación política de todos los países participantes.


Esta conferencia surgió de dos dinámicas previas fundamentales. Una fue la organización de los estados que emergieron del movimiento anticolonial y que habían creado el Movimiento de Países No Alineados (MPNA) antes de 1961, el cual incluyó no solo regímenes radicales, sino también aquellos con una actitud más conciliadora hacia el imperialismo. Así mismo estaban los movimientos con guerras de liberación nacional inconclusas, que tenían un carácter más radical, los cuales se habían reunido en 1957 en la Organización de Solidaridad de los Pueblos Afroasiáticos (OSPAA).


El alma y promotor de esta Conferencia fue el marroquí Mehdi Ben Barka quien lamentablemente no pudo ver realizados sus empeños como activo organizador de esta primera Conferencia Tricontinental, pues dos meses antes, el 29 de octubre de 1965, fue secuestrado en París, desaparecido y salvajemente asesinado luego de crueles torturas. Se cree que su asesinato fue obra de la inteligencia militar norteamericana, marroquí e israelí, sin embargo, los tribunales franceses condenaron a tres personas como autores materiales. Pese a esto, el caso sigue en la impunidad y en realidad nunca se esclarecieron los autores intelectuales de este crimen político. 


La Tricontinental demostró la diversidad del movimiento revolucionario mundial. Allí se presentaron múltiples debates profundos del movimiento revolucionario, entre ellos resonaron los ecos de la disputa entre los partidos comunistas soviético y chino. Asimismo, aparecieron los debates sobre las vías para llegar al socialismo, principalmente con el tema de la lucha armada por encima de otras formas de tránsito pacífico, como también las necesarias alianzas y solidaridades que debían crearse a nivel internacional. En estos debates las posiciones cubanas y la de Allende (Chile) se hicieron escuchar. Fidel, por su lado, planteaba “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”, y criticaba la falta de un apoyo eficaz y consecuente del bloque socialista a Vietnam del Norte, agredido desde 1955 por la invasión de los EE. UU., atribuía esta flaqueza a la disputa intracomunista, a la que caracterizaba de “discordia bizantina”. La consigna del Che, “crear dos, tres… muchos Vietnam”, emerge como una guía para garantizar la libertad e independencia de los pueblos. 


Sin ir en contra de la vía cubana, Allende expresaría lo siguiente: “Será el propio pueblo de Chile y las condiciones de nuestro país, los que determinen que hagamos uso de tal o cual método, para derrotar al enemigo imperialista y sus aliados”. Y más adelante señala “Estamos con los pueblos de Asia y África y el mundo árabe, que combaten con las armas en el Congo, en las colonias portuguesas, en el Yemen, en Laos, especialmente en el Vietnam, en contra del enemigo común. Estimamos que sus luchas son valiosas ayudas para los pueblos latinoamericanos que, a su manera y en cada uno de los frentes, se oponen al imperialismo. Estamos con los combatientes de Guatemala, Colombia, Venezuela, Perú y en especial con el valeroso pueblo dominicano, con cuya heroica batalla por conquistar su libertad y expulsar a los invasores yanquis nos solidarizamos. Estamos también con los que bregan por derrotar al imperialismo”.

Se sabe que la participación de la juventud y las mujeres fue fundamental en este evento político, pues la mayoría de revolucionarios que asistieron eran militantes y cuadros jóvenes, de igual manera en los registros audiovisuales se ve con claridad la gran presencia de mujeres, sin embargo, en internet no es muy sencillo encontrar documentos que especifiquen puntualmente las posiciones de las mujeres o la juventud en la Tricontinental, posiblemente existen, pero debe hacerse una búsqueda a profundidad.


De este evento se dio nacimiento a la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) cuya sede y Secretariado Ejecutivo, con representantes de los tres continentes, radica en la Habana, Cuba, hasta el presente. De este organismo se creó la “Revista Tricontinental”, un espacio de información, de denuncia y de solidaridad combatiente. En sus números, además de artículos escritos, se publicaban variedad de carteles que contribuyeron significativamente a fortalecer la lucha, a hacer al mundo consciente y a denunciar lo que estaba pasando en las luchas de los pueblos. 

La posición internacionalista de Cuba fue contundente, cuando Fidel mencionó: 

“Sin alardes, sin modestias de ningún tipo, así entendemos los revolucionarios cubanos nuestro deber internacionalista, así entiende nuestro pueblo sus deberes, porque entiende que el enemigo es uno, el mismo que nos ataca a nosotros en nuestras costas y en nuestras tierras, el mismo que ataca a los demás. Y por eso decimos y proclamamos que con combatientes cubanos podrá contar el movimiento revolucionario en cualquier rincón de la Tierra. 


Nuestro pueblo ha sentido como suyo todos y cada uno de los problemas de los demás pueblos. Nuestro pueblo los recibió con los brazos abiertos y los despide con los brazos cerrados como símbolo de un lazo que no se romperá más, y como símbolo de sus sentimientos fraternales y solidarios hacia los demás pueblos que luchan, por los cuales está dispuesto a dar también a su sangre. ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!”


Sin dudas, este evento debe servir como un referente importante en la historia de los movimientos revolucionarios, sin embargo, como movimiento apoista debemos plantear una mirada crítica para construir y fortalecer los movimientos revolucionarios a nivel internacional. Debemos preguntarnos ¿Por qué no avanzó y se fortaleció realmente esta propuesta internacionalista? ¿Acaso no se debe a que fue creada bajo las dinámicas y lógicas de los Estados nación sin problematizar la civilización capitalista? ¿Cómo podemos abrir debates sobre los matices y nuevos rostros del imperialismo y la lucha antiimperialista en nuestro tiempo? ¿Cómo abrir más debates en la izquierda internacional para problematizar la realidad de los Estados nacionales y las fuerzas que componen la modernidad capitalista? ¿Cómo podemos proponer y construir una propuesta internacionalista para nuestro tiempo presente aprendiendo de estos antecedentes? 


Himno de la Tricontinental


América, África y Asia,

tres continentes unidos por un ideal.

Pueblos que jamás vencidos,

un en sus armas de libertad.


América, tu lucha se agiganta

¡cada vez más valiosa junto a Cuba y Fidel!

Que sigo sin cesar hasta adelante,

¡que viva la Tricontinental!


¡Vive en África, viva Lumumba!

¡Que viva el faro de la revolución!

¡Vive en todo el que por ello se levanta!

¡Que viva la Tricontinental!


América, África y Asia,

tres continentes unidos por un ideal.

Arriba la invencible alianza, 

la fuerza, la esperanza de la revolución.


¡Abajo el imperialismo!

¡Con las armas en alto, luchar hasta vencer!

¡Abajo el opresor con las cadenas!

¡Que viva la Tricontinental!


Vive en Asia y en el Pacífico en los pueblos

que crecen en la guerra por su liberación.

Por Vietnam, por victoria y socialismo,

¡que viva la Tricontinental!

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