¿Quiénes somos?
Poder Popular surge como resultado de la fusión de tres organizaciones con diversas tradiciones, pero con prácticas y perspectivas de transformación comunes. Nos proponemos integrar la visión de los nuevos movimientos sociales (Feminismo, socioambiental, antiracista, piquetero) que han tomado protagonismo en las luchas sociales, sin perder de vista elementos fundamentales del movimiento obrero y de la izquierda revolucionaria. En medio de la crisis de representación política, nuestra propuesta emancipatoria busca romper con las etiquetas convencionales para la izquierda revolucionaria. En este artículo, exploramos nuestra visión, participación en el contexto actual y la reciente Conferencia Mundial de la Juventud en París.
¿Por qué el Poder Popular?
Nuestro concepto de poder popular refiere a una concepción, que, ya en la nueva izquierda de la década de los 70’s, comprendía la construcción de espacios de doble poder por las fuerzas revolucionarias, que pudieran disputar al poder dominante Burgués la organización de las clases oprimidas y explotadas en todos los aspectos del ordenamiento social de un territorio, desde lo político económico hasta lo militar. En ese sentido el Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT ERP) en Argentina, y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en Chile, en el contexto de la experiencia de la Unidad Popular de Salvador Allende, son los antecedentes históricos regionales de esta concepción estratégica. Pero con el paso del tiempo, con la derrota incluída y recuperando los debates y experiencias que tuvieron en el MIR frente al gobierno de Allende con la experimentación de un Socialismo Democrático, comprendimos que este es otro aspecto a contemplar dentro del marco democrático burgués: las disputas al interior del Estado, las cuales pueden prefigurar la construcción de una nueva hegemonía revolucionaria y anticapitalista. Luego de 40 años de relativa estabilidad democrática, la realidad es más compleja y debemos integrar dicha concepción de la dimensión de la lucha política en ese marco. Por ello nuestra tarea estratégica es lograr aportar a la autoorganización de las clases dominadas, en su ejercicio de autoemancipación, pero también dar la lucha política en los marcos de éstas democracias.
Nuestra Organización Política
Abrazamos principios básicos de unidad en la lucha e independencia de clase para la dirección política de un proyecto revolucionario. Rechazamos el reformismo y la conciliación de clases, reconociendo que el imperialismo es un sistema global cuyas contradicciones son irreconciliables con la humanidad y el planeta. Por ello destacamos la necesidad de reconstruir un internacionalismo concreto y basado en la solidaridad global contra el imperialismo, la crisis ecológica y el patriarcado. Por ello nos conectamos con movimientos similares a nivel internacional, construyendo lazos para fortalecer la lucha común.
Nuestra experiencia reciente es poca pero venimos confluyendo en trabajos políticos dentro de diversos escenarios. Desde lo territorial en movimientos sociales piqueteros y casas culturales barriales; en la lucha en defensa del agua y contra la industria extractivista; participación de la organización en las universidades nacionales públicas en el sector estudiantil y docente; algunas experiencias en lo sindical y también hemos adelantado pequeñas experiencias de incursión en lo electoral. En todas las iniciativas buscamos enraizar nuestras política concreta con la perspectiva estratégica, sin caer en falsos vanguardistas, pero siempre poniendo en discusión el posibilismo reformista y el conformismo de los progresismos.
Contexto Actual en Argentina
En medio de la crisis política, económica y social en Argentina, siempre intentamos involucrarnos activamente en las batallas cotidianas de nuestro pueblo. Enfatizamos la importancia de la unidad para defender derechos en todos los frentes, enfrentando los desafíos que las dos grandes coaliciones políticas no han logrado resolver mientras estuvieron en el gobierno del Estado. Consideramos que el fracaso de estos 8 años de las gestiones anteriores han generado un electorado “en disponibilidad” para impugnar de cualquier manera lo existente. Allí es donde juega el crecimiento a nivel global de variantes de derechas reaccionarias (Trump, Bolsonaro, Bukele, Zelenski) que dan aire a políticas represivas y autoritarias encarnadas en “salvadores” ocasionales. Tanto el macrismo como el peronismo son responsables directos y en diferentes grados del ascenso de la ultraderecha en Argentina.
Esos fracasos parten de la base de que ninguno de los proyectos ponen en discusión la estructura económica del país y su posición dependiente asignada en el reparto mundial imperialista. Luego de la rebelión contra las políticas neoliberales en el 2001, la reconstrucción política liderada por el peronismo de Néstor y Cristina Kirchner, intento una tibia salida neodesarrollista que por un lado resolviera la crisis social, pero sin llegar a disputar las condiciones de dependencia al capital transnacional. Favorecido por la devaluación y los precios altos de las commodities, pudo revertir en parte la carestía y la desocupación restableciendo un conjunto de medidas de protección social, pero que no modificó sustancialmente el núcleo de acumulación Capitalista local. Luego, con la crisis mundial del 2008, intentó protegerse grabando la renta extraordinaria del sector agroexportador, pero no pudo o no quiso enfrentar la resistencia que tuvo ese sector, traición mediante de parte de sus aliados políticos. Eso creó un deterioro del proyecto político y el desmejoramiento paulatino de algunos indicadores socioeconómicos. Junto al desgaste político y económico, se dieron condiciones para el ascenso de la nueva coalición de derecha dirigida por Mauricio Macri, quién ntentó desarmar el andamiaje de protección estatal aplicando un intenso ajuste, un desfinanciamiento estatal y la desregulación de tarifas de servicios establecido a lo largo de 12 años de Kirchnerismo. Sin embargo, este se vió bloqueado por una gran movilización social entre 2017 y 2018, a lo cual, y para contener el fracaso de su proyecto, respondió corriendo a pedir el apoyo del Fondo Monetario Internacional. Resultando en un endeudamiento brutal que aún padecemos.
El regreso del peronismo con Alberto Fernandéz, impulsado por el apoyo de Cristina Fernandez de Kirchner, fue un lastimoso intento de alejarse de la retórica neodesarrollista y mostrarse más cercano a los monopolios empresariales. En una suerte de camino por el centro, terminó naufragando en un intento a medio camino progresista, que mantuvo vigente la relación con el FMI, con un ajuste gradual de los ingresos y sin cuestionar el endeudamiento ilegítimo e ilegal de su predecesor. Se podrá decir que en el medio estuvo la pandemia global de COVID 19, pero lejos de aprovechar ese contexto para tomar otras medidas urgentes y en favor de los sectores populares, se dedicó a gestionar la crisis y mantener el rumbo de la deuda y el saqueo.
Es así que esa crisis profunda de representación política creo las condiciones perfectas para el reciente ascenso de Javier Milei como presidente. Un supuesto "outsider" de la política tradicional, con ideas ultraderechistas y muy ligado a grandes multimillonarios, nos lleva a repensar nuestro papel y tareas futuras frente a un gobierno con ideario neoliberal autoritario. Ahora mismo el gobierno del ultraderechista está tomando un conjunto de medidas de ajuste brutal que nos golpeará mucho más duro que los ajustes hasta ahora sufridos. Afectará al conjunto de la clase trabajadora, en especial mujeres, disidencias sexuales, jubilados e infancias. Consideramos que está en curso una nueva estafa electoral ya que anunciaban ajustar a la “casta política”, pero en realidad parece que, desde su perspectiva, la “casta” éramos todo el pueblo. Están en curso debates y encuentros para buscar los mejores caminos para responder en las próximas semanas a ésta ofensiva del Capital. Consideramos que debemos hacerlo de manera inteligente y en unidad para ser contundentes y bloquear las amenazas represivas que realiza el gobierno de Milei.
Algunas de esas medidas fueron una feroz devaluación del 120% de la moneda nacional, recortes estatales y congelamientos salariales. Además de un Decreto de necesidad y urgencia que pretende barrer decenas de leyes, regulaciones y derechos de protesta esenciales, presentó un proyecto de Ley, al cuál denominamos “ley Tanqueta”, que pretende de un plumazo realizar una especie de reforma constitucional y cambiar el conjunto del ordenamiento jurídico nacional. Es un atropello autoritario por su contenido y porque entre los puntos fundamentales de esas leyes se pretende arrogar la suma del poder público por 4 años, lo que declara la prescindibilidad del parlamento por ese tiempo. Una clara medida de éste neoliberalismo autoritario que de no ponerle un límite podría derivar en una especie de neofacismo.
Contexto en Abya Yala
Pasando revista a las luchas en Abya Yala (América Latina) de los últimos años se revelan escenarios convulsos y contradictorios. Nos enfrentamos a un nuevo ciclo de crisis del capitalismo y del patriarcado, que se manifiestan, o lo hicieron, a través de diversas protestas y rebeliones parciales en países como Chile, Ecuador, Perú y Colombia. En muchos de estos estallidos, las comunidades indígenas, que han resistido el vasallaje económico y cultural del colonialismo durante más de 500 años, así como el actual imperialismo, han salido a la luz en esas protestas, confluyendo en muchos casos con la población de las grandes urbes. Así pudimos Identificar desafíos comunes frente a la realidad regional y en los cuales es necesario fortalecer nuestras conexiones continentales con los movimientos juveniles, de mujeres y disidencias, así como la resistencia de las comunidades contra el extractivismo, de la clase trabajadora, contra la explotación y la pobreza. Existe un denominador común en la región: la alta precarización laboral en las grandes urbes, siendo la juventud una de las mayores víctimas de las condiciones de trabajo precarias y miserables, condición que limita su participación en una lucha común y su integración en una lucha antisistémica. Aunque en algunas rebeliones estas realidades se han conjugado parcialmente, no han logrado converger del todo en niveles de organización superiores. Pero lo positivo, es que en éstas rebeliones se pudo ver la vitalidad del movimiento de lucha continental, que existe y es pujante.
Conferencia Mundial de la Juventud
La experiencia en la Conferencia Mundial de la Juventud fue extraordinaria y enriquecedora, con diversas delegaciones que nos permitieron reflexionar sobre la importancia del internacionalismo. Queda claro que reconstruir un nuevo internacionalismo desde la juventud es fundamental para consolidar la red y nuestra organización. La participación del movimiento de liberación en Kurdistán es inspirador y esperanzador. La fuerza de su juventud nos anima a enfocar nuestros esfuerzos en fortalecer la solidaridad con la revolución de las mujeres, en la búsqueda de una salida socialista y ecológica frente a la catástrofe que nos acarrea el capitalismo. La revolución en la región de Rojava se presenta como un faro en la oscuridad de la crisis actual.
Ahora estamos inmersos en un proceso de revisión y fortalecimiento de la política juvenil, aprovechando la oportunidad histórica que nos ofreció la conferencia. Participamos en el comité de coordinación de la red Youth Writing History y, a pesar de nuestras limitaciones en un contexto económico y social adverso, contribuiremos en las próximas reuniones y acciones.
Reconstrucción del Internacionalismo Revolucionario
La relevancia del internacionalismo revolucionario se hace cada vez más evidente en la nueva crisis mundial. La juventud desempeña un papel central y estratégico, y debemos canalizar su creatividad e inventiva para proponer una alternativa concreta que rompa el techo subjetivo del capitalismo.
Los desafíos del nuevo siglo requieren un poder de inventiva y creatividad para la construcción de una alternativa política que ponga su centro en superar el modo de vida consumista capitalista que nos ha llevado hasta la actual crisis, con guerras, contaminación y miseria. Esta alternativa debe aglutinar un nuevo bloque social y político capaz de transformar el hartazgo social y la decepción con las coaliciones políticas tradicionales responsables de las penurias que padecemos. El objetivo debe ser convocar a la construcción de poder popular con la visión de una sociedad autogobernada, basada en los principios del feminismo, el ecosocialismo y el internacionalismo proletario. Son las únicas vías posibles para atender los problemas principales de nuestro tiempo.
Para terminar, lo hacemos con el lema de la conferencia de París, que refleja una voluntad de transformación revolucionaria, y la que debemos hacer propia en cada territorio que habitamos a la largo y ancho del planeta: ¡Juventudes del mundo, uníos y cambiad éste mundo!
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